Predecible

Llegamos a la vida solos, y aunque suene de lo más cruel, insensible y frío, debo confesar que pienso que las amistades no son para siempre. Vivir en sociedad es complejo, tener que lidiar con distintas personalidades, distintas actitudes, distintos puntos de vistas de vida. Desde que nacimos lidiamos con diversas personas y desde pequeños que ya muchos no nos son de nuestro agrado, tenemos de toda clase de visita, pues bien hay que aceptarlas a todas. Vamos creciendo y discriminamos a quienes nos rodean, desde cosas triviales como que el compañero de banco huele mal, o no sabe hablar o que el otro es más divertido, y es así como nuevamente cambiamos de amistades. Llegamos a formar grandes lazos, profundos, intensos, pero nunca comprendemos que la mayoría de éstos, que formamos desde niños, no serán eternos. Es difícil, nos volvemos locos, pero sólo son suficientes un par de años para comprender todo. 
Aún no lo entiendo, pero poco a poco lo asumo. Tuve amigos y ya quedaron en el pasado, eran, fueron grandes, disfruté, reí, lloré, pero ya fue. Se queda en el pasado, en esa etapa vivida y en la cual te acompañan a vivírla,  disfrutas al máximo, pero queda ahí. A la hora del término de relación amistosa, algunas terminan bien, ya que sólo debes alejarte, porque ya tienen distintos gustos, porque te cambiaste de casa o de colegio, pero lo recuerdas con cariño, es un lindo recuerdo. Sin embargo hay otros que se alejan melodrama, con problemas, porque la cambiaste por otra amiga/o, porque tuviste diversos tipos de problemas, puede que lo recuerdes con rencor, pero en el fondo, siempre quedará el cariño porque debemos recordar sólo lo bueno. 
Es difícil asumirlo, madurez mencioné, pero a mis diecinueve años, aún no me siento madura para aceptarlo, duele, duele pensar que aquella amiga que creías tu hermana ya no estará, duele pero sólo hay que asumir, son sólo parte de la vida, de una típica vida. Sólo hay que asumir.



   




NADA ES PARA SIEMPRE.